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A todos aquellos que siguen creyendo en la fuerza y el poder de las palabras

domingo, 24 de octubre de 2010

La ansiada normalidad

Si ahora mismo alguien se acercara y os preguntara: ¿qué prefieres, una vida de rutina y normalidad, o una repleta de sorpresas? Estoy segura que todos optaríais por la opción de las sorpresas, para qué engañarnos, yo también lo haría.
Pero, como alguien me ha hecho reflexionar esta semana, os diré que en el fondo una vida rutinaria es lo que todos necesitamos porque, vivir sin tener estabilidad, sin saber qué ocurrirá mañana, no es manera de vivir.
Normalmente, esta manera de mirar la vida se achaca al hecho de hacernos mayores, madurar. Y, por el contrario, el desear una vida llena de sorpresas se relaciona con la gente joven que espera poder maravillarse día a día con el mundo que les rodea.
Pues bien, yo me he dado cuenta que vivir a base de sorpresas sería tan cansado como desesperante. Si no sabes qué es lo que va a pasar mañana, si no sabes siquiera dónde estarás, ¿cómo vas a poder mantener una vida "normal"?
Puede que algunos no busquen una vida así y prefieran pasar el resto de sus días de aquí para allá, conociendo mundo y descubriendo gente. A mi me encantaría poder viajar y vivir experiencias inolvidables pero, sinceramente, en un momento determinado necesitaría un lugar al que volver, donde sentirme en casa, rodeada de la gente que me importa, con una rutina que me permita saber qué ocurrirá mañana.
Con esto no quiero excluir a las sorpresas de mi vida por completo, para nada.Todos necesitamos despertarnos algun día y ver que algo ha cambiado, que hay alguien que se acuerda de ti y que por verte sonreir ha hecho una tonteria tan grande como alquilar tu película favorita, comprar una cena estupenda, palomitas y chucherías para parar un camión.
Si nuestra vida estuviera repleta de sorpresas, ¿acaso nos soprenderíamos alguna vez?En cambio, si tienes una rutina que rige tu vida, momentos como este, en los que compartes algo diferente con alguien, pasan a ser un recuerdo inolvidable de un momento realmente especial.
Y, dándole vueltas a este tema, he encontrado una tira de Mafalda en la que se habla de la normalidad. Bueno, de la visión ácida que siempre encontramos en las tiras de Mafalda, claro.






A pesar de lo que dice Quino, creo que sí que existe un remedio contra la normalidad: LAS SORPRESAS

viernes, 15 de octubre de 2010

PALABRAS PARA JULIA

Al pensar en nuestra infancia, la encontramos llena de recuerdos, recuerdos que la hacen nuestra. Identificamos canciones, películas que nos hacen pensar en cuando éramos apenas unos críos; "¿te acuerdas mamá, cuantísimas veces habré visto yo Los Goonies?".
Muchos de estos momentos ya no los recordamos, pero nuestros padres se encargan de que hagamos memoria: "¿no te acuerdas de cómo te ponías frente al espejo para cantar?"
Y entre tantos recuerdos, imágenes, canciones y películas, la mía me hizo recordar un poema precioso que significa mucho para ambas:

PALABRAS PARA JULIA
Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

lunes, 4 de octubre de 2010

Labordeta se fue



Él, escritor, cantautor y político, que logró concienciar y emocionar a diversas generaciones.
Él, un hombre destinado a vivir rodeado de mujeres: su esposa y sus tres hijas; no hizo sino transmitirnos su sensibilidad por el mundo, aquella que nos aportaba una vision diferente del mismo a todos aquellos que nos preocupamos por escuchar lo que tenía que decir. 
Él, que como profesor trató de hacer que sus alumnos miraran la realidad desde una perspectiva crítica y objetiva, aunque en ocasiones resultara doloroso. 
Él, que como político hizo que una generación como es la mia creyera que una política honesta, clara y diferente era posible, falleció el 19 de septiembre.
La noticia de la muerte de este gran político aragonés me afectó de manera personal, por todo lo que hizo, representó y divulgó. Aférrimo defensor del NO a la Guerra, al que la población española respondió muy positivamente manifestándose en las calles de las principales ciudades del país.
Y es debido a su convencida oposición a la Guerra de Irak por lo que se le recuerda, ya que su famosa frase en el hemiciclo: " a la mierda", la pronunció en un debate sobre este polémico tema. Cabe destacar que la dijo porque los diputados del Partido Popular no le dejaban hablar y le interrumpian con frases tan desagradables como: "vete con la mochila a Teruel" o "qué me dices cantautor de las narices". Al ponerme en su lugar, no me parece desafortunada,ni mucho menos, su intervención. 
Característico de su buen humor y capacidad autocrítica es el hecho de que el propio Labordeta bromeara con la posibilidad de que esta frase fuera su epitafio. 
Pero, por suerte somos mucho los que le recordamos por cosas bien diferentes; tanto por su música como por sus palabras.
Al abandonar el Congreso en 2008, dejó un notable hueco, como la propia Carme Chacón recordó. 
Hoy, al recordarlo pienso en la honestidad y la libertad que Labordeta representaba.



  CANTO A LA LIBERTAD

Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
Hermano, aquí mi mano,
será tuya mi frente,
y tu gesto de siempre
caerá sin levantar
huracanes de miedo
ante la libertad.
Haremos el camino
en un mismo trazado,
uniendo nuestros hombros
para así levantar
a aquellos que cayeron
gritando libertad.
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
Sonarán las campanas
desde los campanarios,
y los campos desiertos
volverán a granar
unas espigas altas
dispuestas para el pan.
Para un pan que en los siglos
nunca fue repartido
entre todos aquellos
que hicieron lo posible
por empujar la historia
hacia la libertad.
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
También será posible
que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el otro
la lleguemos a ver;
pero habrá que forzarla
para que pueda ser.
Que sea como un viento
que arranque los matojos
surgiendo la verdad,
y limpie los caminos
de siglos de destrozos
contra la libertad.
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.